Juan José Ceschan: la flamante incorporación de la ERGR


Juan José es, entre muchas otras profesiones, el nuevo Auxiliar de Laboratorio, Ayudante de PDA I y Profe de Liquidaciones de Granos de nuestra Escuela.

Nuestro nuevo profe es Diplomado en Agroalimentos, en Comercio Internacional, Maestrando en Economía y Negocios con Asia del Pacífico e India, Licenciado en Gestión de Negocios Internacionales, Técnico Superior Aduanero Especializado en Comercio Exterior, Operador del Mercado de Granos y por supuesto, Perito Clasificador de Granos egresado de la ERGR.

Si bien nos hemos salteado algunos títulos y reconocimientos, no podemos dejar de decir que es un orgullo para nosotros contar con profesionales tan destacados y capacitados dentro de nuestra institución.

Es por ello que hoy, lo presentamos formalmente a nuestra Comunidad.

Entrevistadora (En): Contanos cómo conociste la Escuela.

Juan José (JJ): Conocí la Escuela hace muchos años, en la época en la que, a raíz de la crisis económica internacional del 2008, los mercados comenzaron a traccionar la demanda global de commodities y Argentina incrementó sus volúmenes de exportación de granos. En aquella época y en medio de dicho contexto, comenzó a hablarse cada vez más del trabajo del Perito Clasificador de Granos, tanto en términos económicos (el típico comentario “en ese trabajo se gana bien”) como por el prestigio de la carrera y de la práctica laboral en sí misma. Esto hizo que muchos jóvenes (entre quienes me encontraba incluido) nos viéramos motivados a inmiscuirnos en el gran mundo de los agronegocios, interesados por contribuir con un mínimo granito de arena al desarrollo productivo del país, y decidiéramos anotarnos a la carrera cuando tuviéramos la oportunidad para hacerlo.

 

En: ¿Y cómo fue tu paso ella?

JJ: Mi paso por la Escuela fue muy acelerado: tomé el curso Intensivo Tarde de los sábados en el año 2014, justo cuando había comenzado a la par la Licenciatura en Gestión de Negocios Internacionales en la UNR, que se cursaba los sábados de 8 a 13 hs, con lo cual, salía de una institución y entraba a la otra, casi sin pausa. Sin embargo, el cansancio desaparecía automáticamente al traspasar la puerta de la ERGR de calle Pellegrini: cada docente, además de enseñar, se encargaba de que los estudiantes disfrutaran de la cursada, ya fuera haciendo bromas para romper el hielo, o bien, contándonos sus propias experiencias laborales y haciéndonos soñar con alcanzar esos puestos de trabajo algún día al ejercer la profesión para la que nos estábamos formando. Más allá del peso que implica la obligación de tener que llevar al día las materias (como sucede en toda responsabilidad académica que uno emprende), conservo recuerdos muy gratificantes de lo que fue la cursada: era llevadera y se disfrutaba muchísimo; en cada materia nos sumergíamos en un aspecto distinto de los agronegocios; se sentía como estar asistiendo al colegio “Hogwarts” del mundo de los granos.

 

En: Actualmente ejercés la profesión… ¿qué herramientas te brindó la Escuela que contribuyen a tu desempeño profesional?

JJ: Actualmente ejerzo la profesión, pero en el área administrativa, es decir, no estoy en contacto con la mercadería física (en plantas o en acopios), pero sí pongo en práctica a diario todo lo aprendido en cada materia de la ERGR, trabajando para una gran empresa del sector de los agronegocios. La ERGR me enseñó a liquidar la mercadería comercializada; a realizar una certificación primaria de granos; a diferenciar cada uno de los intervinientes de una operación de compraventa de granos y subproductos; la diferencia entre un certificado de análisis, una reconsideración y una repetición; entre muchos otros conceptos que se ponen en juego en la actividad laboral cotidiana. En mi trabajo, mantengo contacto permanente con los laboratorios de análisis y Cámaras Arbitrales de Cereales y Oleaginosas del país, además de estar vinculado con las plantas, puertos y acopios de las empresas con las que habitualmente comercializamos.

 

En: ¿Cómo fueron tus comienzos en el ámbito de la docencia?

JJ: Mis comienzos en la docencia se dieron allá por el 2012, cuando estudiaba Abogacía en la Facultad de Derecho de la UNR y tuve la oportunidad de ser Ayudante Alumno frente a cursos de 120 estudiantes durante 3 años consecutivos. Si bien la vida académica me fue llevando para desempeñarme profesionalmente en otras disciplinas distintas al Derecho (por cierto, iniciando mis labores en la ERGR en junio de 2022), pude aprovechar aquella enriquecedora experiencia para aprender de profesionales que tenían una gran trayectoria dentro del aula. Para mí, la clave de la buena docencia es no presumir frente al estudiante, sino tratarlo como lo que es: un par nuestro que desea aprender (porque no olvidemos que, no hace tantos años, nosotros los docentes también estuvimos sentados en esas sillas, en la misma situación de “inferioridad” académica y con voracidad de aprendizaje, y no nos gustaba cuando nos dispensaban un trato cortante o desafiante). Creo entonces que el estudiante asiste a clases con la confianza absoluta de que el docente -su tutor- va a ser ese andamiaje firme y fiel sobre el cual pueda edificar por sí mismo el conocimiento que viene a buscar, debiendo nosotros estar a la altura de ello.

 

En: ¿Qué consejo o recomendación le darías a tus estudiantes que te hubiese sido útil cuando estudiaste?

JJ: Este año me encuentro dando algunas clases virtuales en la ERGR, por lo cual, generalmente sucede que me conecto unos diez o quince minutos antes como para hacer la prueba del micrófono y de la cámara. Y en esa conexión previa, es inevitable escuchar los últimos fragmentos de la clase anterior, en la que el docente hace un resumen de todo lo que desarrolló durante su exposición… y muchas veces pienso: “uy, si tan solo los estudiantes le prestaran más atención a esto que está diciendo el docente X, el día de mañana –en la práctica laboral– valorarán mucho haberlo hecho, porque seguramente les va a tocar poner en práctica esos conocimientos y ya los van a tener incorporados”. Entonces, la sugerencia es que presten atención a lo que explica cada docente, sobre todo, a sus experiencias de vida, porque es una riqueza que no se encuentra en los apuntes ni en el material de estudio. Otra recomendación que les daría es que, si bien el trabajo ideal al cual aspiran casi todos los estudiantes es desempeñarse en la calada de alguna empresa, si consideramos que, en términos económicos, a menor oferta de puestos de trabajo en las plantas y en los puertos (por abundancia de profesionales), hay mayor oferta de Peritos disponibles, y mayor demanda empresarial de éstos para otros puestos que generalmente no son tenidos en cuenta a la hora de la búsqueda laboral (administración, área comercial, representantes de ventas, y demás), éstos serían “los puestos ideales” o en los que convendría postularse para obtener más rápidamente alguna vacante. Entonces, que no se desmotiven si al finalizar la carrera no encuentran rápido el puesto de trabajo que estuvieron idealizando: a cada uno siempre le llega como una bendición aquello para lo cual invirtió tiempo y esfuerzo para conseguir. En este mismo sentido, y como católico profeso que soy, no puedo dejar de sugerirles a los estudiantes que recuerden el pasaje bíblico de San Mateo 7: 7-8 (“Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; toquen y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que toca se le abre”). Así pues, que no desistan nunca de ese objetivo profesional al cual aspiran arribar algún día.

En: ¿Qué expectativas tenés este año para tu desarrollo profesional? ¿Y con respecto a tus estudiantes?

JJ: Este año espero poder concluir la Licenciatura en Educación Religiosa; poder rendir satisfactoriamente la tesis de postgrado de la Maestría en Economía y Negocios con Asia del Pacífico e India y concluir la Diplomatura en Agroalimentos. Y, por supuesto, afianzarme en las actividades que desempeño en la ERGR, aprendiendo del ejemplo y de la gran experiencia de mis colegas docentes. Con respecto a mis estudiantes, ansío verlos recibidos, habiendo podido superar los desafíos de los exámenes finales y encontrándose preparados para afrontar la búsqueda laboral para la que se han estado preparando durante todo este tiempo. Asimismo, el día de mañana me gustaría poder intercambiar llamadas y correos electrónicos con ellos, cuando la actividad diaria nos encuentre vinculados laboralmente, y que haya sinergia de trabajo y no consultas fútiles ya respondidas durante el cursado de la materia, jajaja (cuando les toque controlar las liquidaciones finales en alguna empresa, no me pregunten por qué no bonifica la Proteína superior a 11 % en un camión de Trigo Pan sin antes haber mirado cuál es el valor de PH de la muestra… pongo este ejemplo porque sucede bastante a menudo, jajaja).

 

 

Juan José, es un placer contar con tu expertise en nuestra Escuela. Esperamos, de todo corazón, que puedas concluir todos los proyectos que emprendes y sigas compartiendo tus conocimientos y experiencia con todos nuestros estudiantes.

 

 

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